domingo, 13 de julio de 2008

MONUMENT VALLEY - THE JOHN FORD STUDIOS


Las leyendas de cowboys, los westerns y, sobre todo, el cine del director norteamericano John Ford, han sido los responsables de que a muchos de nosotros nos resulten familiares los paisajes de Monument Valley. De hecho, el megalito Weat Mitten es uno de los entornos más fotografiados y filmados de la historia del celuloide. En estos decorados naturales se han rodado escenas míticas de películas tan emblemáticas como «El gran combate», «Centauros del desierto» y, por supuesto, «Fort Apache» y «Río Grande». Por eso, no es de extrañar que muchos cinéfilos hayan bautizado estas tierras como «Ford's Country». Pero no crea que todo son historias de indios y vaqueros; si algo llama la atención al visitante cuando llega por primera vez a esta reserva natural, declarada como tal en 1960, es su espectacular naturaleza en la que el paso del tiempo y el cincel del viento han dejado su artística huella.

Le sorprenderá ver lo vastas que son sus mesetas punteadas con cerros, de hasta 500 metros de altura, y monolitos de color rojizo descansando plácidamente bajo un interminable cielo de color azul. Sin ninguna duda estas fueron las panorámicas en tecnicolor que cautivaron a John Ford cuando en el año 1938 localizaba exteriores para su película «La diligencia».


Monument Valley está situado en la meseta de Colorado, al sureste de Utah, y ocupa una extensión aproximada de 5.180 km2. La totalidad del valle -que no es un valle propiamente dicho, sino una lengua de tierra plana y ancha- se encuentra en plena reserva de los navajos justo entre la frontera de los estados de Utah y Arizona.


La ruta US163 lleva directamente a la entrada del Valle Monumento, una traducción muy literal que resta encanto y atractivo a este área, donde un curioso centro de visitantes le dará la bienvenida y le explicará cómo moverse con garantías, porque no crea que va a ir de aquí para allá a su aire, no olvide que se encuentra en una zona protegida, de carácter sagrado, en la que sólo se recorren apenas 25 kilómetros.



Desde el mismísimo centro de visitantes podrá contemplar unas vistas realmente espectaculares del conjunto más conocido y fotografiado, aunque no debe conformarse sólo con esto; lo realmente interesante es contratar a uno de los guías navajos oficiales para que le conduzca atravesando senderos y caminos hasta llegar a la roca sagrada de Spider Rock, un lugar de acceso complicado en el que se puede sentir la mágica presencia de los antiguos espíritus navajos. Otro itinerario, también muy recomendable, es el que lleva al Valley Drive. Desde aquí se divisan las mejores panorámicas de esta reserva; el camino hasta llegar a este punto discurre entre altas formaciones que parecen arrecifes, donde hay que destacar la presencia del hierático Totem Pole, una torreta de piedra de 120 metros junto al que se celebraban danzas de invocación y ceremonias rituales indias.





Si tiene tiempo, no deje de ir a la parte norte de la reserva donde aún quedan algunas de las ruinas del primigenio poblado anasazi de Keet Seet; allí podrá ver lo que resta de sus pequeñas casas de adobe excavadas en un enorme acantilado a muy considerable altura. Un dato aclaratorio, los anasazis, «ancianos» en idioma navajo, fueron los predecesores de los navajos en este territorio hace miles de años, de ellos aprendieron las técnicas para localizar agua en estas áridas tierras y cómo sacar el mejor partido a un espacio aparentemente muerto. Este poblado y el de Betatakin se cree que están deshabitados desde el siglo XIII y se les considera como las mayores ruinas indias del estado de Arizona.


En esta misma dirección norte y siguiendo unos 45 kilómetros por la US163, llegará al no menos famoso Valle de los Dioses, de similar significado espiritual para los indios navajos. Este valle, aunque menos conocido, es otra maravilla paisajística de formaciones rocosas de intensos tonos rojos. Su acceso es gratuito y el pequeño pueblo de Mexican Hat, cuyo nombre procede de la forma de una roca cercana parecida a un sombrero mejicano, es el punto de referencia y partida para realizar excursiones de 2 ó 3 horas. No deje de pasear por los alrededores del río San Juan y por el camino del cañón serpenteante que han formado sus aguas.


Finalmente, nuestra recomendación es que, esté donde esté, aproveche, a lomos de un caballo, las últimas horas de la tarde para apreciar la amplia gama cromática de rojos y ocres que produce el sol sobre estas auténticas esculturas de piedra.

El área de Monument Valley y la reserva Navajo proporcionan excelentes oportunidades para admirar la cultura Nativa Americana y aprender algo del pueblo Navajo. Puede obsevar como algunos artesanos Navajo elaboran sus objetos y comprar artículos hechos a mano.



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